lunes, 4 de abril de 2011

La mirada....

Un pequeño rayo de luz que pasaba por entre las cortinas se dirigía directamente hacia su cara, que recostada en mi almohada yo miraba profundamente como dormía, contemplaba sus hermosos ojos cerrados que aún no veían el resplandor de aquella mañana tan encantadora. Rocé con mis dedos aquella barbilla que lo hacía ver tan varonil, recordando cuando él la colocaba en mi hombro al abrazarme, continúe hacia sus labios que si bien para mi eran perfectos, estaban más suaves de lo que normalmente los sentía cuando me hacían vibrar con sus besos.

Ahí estaba él a mi merced y ni siquiera se había dado cuenta, la luz era cada vez más brillante y le hacía resaltar aquellas pocas canas que tenía en su preciosa cabellera, sus grandes manos estaba situadas bajo la almohada mientras seguía durmiendo plácidamente, me coloque cerca de él para escuchar su respiración cerca de mi cara, era como una bella melodía que me enamoraba, me encontraba hechizada por esa hermosa vista que tenia frente a mis ojos, era como un sueño hecho realidad. 
Sus fuertes brazos que me protegían normalmente descansaban frente a mí, estando tan cerca de él note que me leyó el pensamiento y sin dudarlo me rodeo con sus brazos. Colocó su cara frente a la mía y me besó la frente, continuó besándome la cara hasta darme un encantador beso en la boca de buenos días, con su gentil voz dirigió unas palabras hacia mi oído que como relámpago se dirigieron a mi corazón, me enloquecía cada vez que me repetía una y otra vez aquellas frases en mi oreja, me daba gracias por haber existido, por aquellos momentos que lo había dejado sorprendido, por escucharlo, por abrazarlo cuando se sentía solo y sin fuerzas, por soportar su carácter, por ser paciente y comprensiva, por haberlo hecho feliz cada día,  por los hijos tan hermosos que habíamos tenido y visto crecer, y por haber estado con él todo ese tiempo, esos 35 largos años que para mí eran pocos y habían pasado muy rápido.

El despertador continuaba sonando y retumbaba a mis espaldas, decidí apagarlo ya que estropeaba el momento, entonces él dijo: -te veo en un rato- lo cual me causo gracia y extrañeza, sin hacerle caso me di la vuelta y en un pestañeo, mi habitación cambio por completo, sí, en efecto había despertado de aquel maravilloso sueño, regresé la mirada al otro extremo de mi cama pero no había nadie junto a mí, me encontraba yo sola en mi habitación e hipnotizada aún por aquel vívido sueño que acababa de experimentar. 
Regresé la mirada al despertador mientras suspiraba, en mi mente solamente veía como poco a poco se iba borrando ese hermoso despertar que había tenido unos momentos antes; reaccioné presurosa al ver que se había hecho tarde y salté de la cama para comenzar mi rutina diaria de cada mañana. Rápidamente salí de la casa en mi auto para dirigirme a mi destino, escuchaba agradable música clásica, mientras suspiraba como era de costumbre después de tener agradables sueños. 

El semáforo en rojo hizo que me detuviera por unos minutos antes de entrar al estacionamiento, vi que cruzaba mucha gente por la vialidad y para mi sorpresa reconocí  cruzando a una amiga muy querida que iba directo a buscarme. Estacioné el auto y me dirigí hacia el acceso por donde noté que había entrado mi amiga, en ese momento solo venía pensando lo contenta que estaba por haberla vuelto a ver y quería platicarle de mi sueño, que para ese entonces se había borrado casi por completo. Ejecuté un rápido movimiento volteando a ver mi carro antes de entrar al lugar para ver si le había colocado la alarma mientras continuaba caminando, cuando de repente choque de frente con una señora que venia saliendo, apenada alce rápido sus cosas y se las entregué, solo sentía la mirada de todos que tras penosa escena no paraban de verme.

Apresuré el paso sin voltear a ver a nadie, escuchaba susurros y voces cuando alcancé ver a lo lejos a mi amiga, seguía caminando cuando a medio trayecto mi piel se erizó por completo, alcance a escuchar una hermosa voz que provenía a lo lejos de un grupo de hombres que estaban sentados en una mesa, como un imán me dirigí hacia ese lugar sin titubearlo, no sabía qué era lo que me pasaba ni porque me dirigía hacia allá, solamente sabía que tenía que ir en ese momento a aquel lugar. Me coloque detrás de la espalda del hombre del cual provenía aquella voz que me hechizaba, cuando de repente me voltearon a ver todos sus acompañantes y él se levanto, me volteó a ver, tenía un agradable aspecto viril y me miró fijamente, sonrió y con su melodiosa voz me dijo: -te encontré-.

En segundos paso por mi mente un mar de recuerdos y memorias que inundaron mi cerebro, gente que no conocía, lugares que nunca había visto, todo lleno mi ser de emociones indescriptibles, llego la obscuridad de repente como si hubieran apagado un foco y en un instante percibí una luz que provenía de una ventana, era la ventana de mi habitación, había vuelto a amanecer y ahí estaba yo, otra vez con un sueño extraño y hermoso, me quede un momento pensado y me preguntaba si había sido un sueño o una visión, en ese momento solo me llegaba a la mente un solo pensamiento, una frase que se repetía una y otra vez en mi cabeza: -te veo en un rato-. Me senté en la orilla de mi cama y sonreí, mientras que de mis ojos salían lágrimas de sentimientos encontrados que no podía explicar. Conmocionada por lo sucedido, me levante y dije: - te encontraré, no importa cuánto tiempo pase, lo haré, tan solo por volver a ver tu mirada-.



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